El concierto nº 3 “El Otoño” en fa mayor, es más conocido como “El otoño”


El concierto nº 3 “El Otoño” en fa mayor, es más conocido como “El otoño”.

Vivaldi compuso sus Cuatro estaciones basándose en cuatro sonetos. Este es el correspondiente al otoño:
Celebra el aldeano con bailes y cantos de la feliz cosecha el bienestar y del licor de Baco abusan tantos
que termina en el sueño su gozar. Deben todos trocar bailes y cantos: pues el aire templado da bienestar,
y la estación invita tanto a tantos de un dulcísimo sueño a bien gozar. Al alba, el cazador sale a la caza
con cuernos, perros y fusil, huyendo corre la fiera, síguenle la traza; Ya asustada y cansada del estruendo
de armas y perros, herida y amenazada, harta de huir, vencida ya, cae muriendo.
Primer movimiento: Allegro
Los alegres campesinos celebran con danzas y cantos la recolección de la cosecha, musicalmente la danza esta escrita en un compás de 4/4 en donde las figuras rítmicas son iguales para el solista como para toda la orquesta, el cambio rítmico del solista en arpegios de dobles corcheas describe a un borrachín que después de varias travesuras al fin se queda dormido. Si ponemos atención podemos distinguir estas tres partes:
  • El baile y el canto de los campesinos – La orquesta interpreta una bella y sencilla melodía de carácter bailable que servirá de trama principal y funcionará como estribillo entre las diferentes intervenciones de la orquesta o el solista. La misma melodía se repite pero esta vez una octava baja. Un segundo fragmento de la melodía, a modo de respuesta a un enunciado, hace su aparición en la orquesta. El fragmento anterior desemboca ahora en la reexposición de la melodía principal, que igualmente se repite con menos intensidad (piano). El violín solista interpreta con dobles cuerdas la melodía a dos voces, intentando evocar el canto alegre y distendido de los campesinos. El bajo continuo dibuja la base armónica de la danza. Se repite siempre como si de una respuesta (en piano) se tratase. Un nuevo motivo inspirado en la melodía principal es interpretado (y repetido en piano) por el solista. El carácter bailable de este movimiento lo podemos apreciar a lo largo de todo el desarrollo temático. El tema principal es repetido, a modo de estribillo, por toda la orquesta. Primera incursión del solista presentando material melódico propio, basado principalmente en arpegios, la primera parte, y la segunda en escalas descendentes. La orquesta interviene con el motivo principal extraído del tema y siempre para dar paso al violín solista que desarrolla escalas y arpegios a gran velocidad. La orquesta re expone el tema principal esta vez en una tonalidad diferente a la original (menor). Continúa el discurso con una progresión que nos conduce a la reexposición del tema, ahora en la tonalidad mayor original.
  •  El borracho  – Vivaldi emplea el violín solista para describir a un borracho amigo del vino joven que nos proporciona el otoño. Escalas ascendentes y descendentes, florituras de todo tipo interpretadas por el solista con el discreto acompañamiento del bajo continuo. La orquesta re expone el tema principal de la danza. Una nueva sección de la danza es presentada tímidamente por la orquesta. El borracho vuelve a hacer su aparición representado en las rápidas escalas del violín solista.
  •  El borracho dormido – La calma llega a este primer movimiento de “El otoño”. Una melodía compuesta con figuras largas es interpretada por el solista queriendo describir la tranquilidad bucólica del borracho durmiendo. Se repite la melodía anterior, ahora desarrollada a partir de notas largas del violín solista y el acompañamiento de la orquesta, dibujando con rítmicas figuraciones la tranquilidad y profundidad del sueño. Reexposición del tema principal con toda la orquesta indicando el final del primer movimiento. Observamos en la instrumentación los diferentes colores que vemos en el otoño: ocres, verdes oscuros, amarillos y todo un abanico cromático propio de la estación otoñal, que Vivaldi nos describe a través de lánguidas melodías y tímidas intervenciones de la orquesta.
Segundo movimiento: Adagio molto
Los demás campesinos no dejan solo a este borrachín y lo acompañan en su embriaguez hasta que el vino y el sueño los vence.
  • Los borrachos dormidos – Todo en este movimiento es calma absoluta, los violines realizan motivos sobre frases descendentes y con sentido coral, siendo la armonía realizada por violas, chelos, contrabajo y el címbalo, de forma arpegiada. En la tranquilidad del ambiente escuchamos la lenta respiración de los borrachos dormidos.

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